Maravillosa tarde junto con Enrique Santos Discepolo desde su camarín. Una triste historia que desparrama anécdotas vinculadas a sus letras.
Un genio para los que lo conocieron un iluminado para los que lo empiezan a conocer. Con sus pensamientos tan claros hace casi 70 años, con pensamientos tan vigentes que parecieran que fue escrito hoy mismo.
Grandes actuaciones de ambos actores en código de clown.
Una gran dirección acompañada por una preciosa e intima sala muy bien diseñada hasta en los últimos detalles.